Tiene labios de ardiente miel y embrujo
precipicio con vértigo al besar
al rozarme alborota mi pesar
en su boca suspiros desdibujo.
Por sus bordes marea con influjo
bailan todos los sueños sin cesar
la razón me abandona sin pensar
de tersura su tacto es todo un lujo.
Filigrana indeleble de caricias
dejan huellas al viento que proboca
dos conjuros de armónicas delicias.
Son sutiles caricias con su boca
son pecados, delirios son primicias
se arrebolan mordiscos cuando toca.

Precioso soneto, lleno de amor y romanticismo. Te felicito, Edith.
ResponderBorrarBesos de luz.
Muchas gracias Pilar me alegro que te guste , un abrazo
BorrarBonito soneto y muy apropiado para esa imagen que también nos ofreces.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias Rafael por tu visita , que bueno que regresaste
Borrar