lunes, 10 de julio de 2017

Haibun

A MÍ ABUELO 

   Te recuerdo en cada canción del campo. Escucho en sueños dulces tus pasos recios antes del alba, y el galope de tu caballo al despuntar la mañana, tu paso sonoro y el tintineo de las espuelas cuando regresabas del potrero, a tiempo para la ordeña. Después, herrando algún caballo o sembrando la tierra, animando el ritmo de los peones.

   Qué inmenso era el rancho para mis pequeños pasos, con esos enormes pastizales por donde mi mirada siempre te buscaba, quizá detrás de la milpa o en aquella presa en la que solías pescar.

   Inconfundible era tu llamado al ganado y que acudieran mansos a comer de tu mano un terrón de sal.

   Por las tardes, el frío calaba en mis huesos mientras me llevabas en las ancas de tu caballo preferido, y la lluvia se escurría por la manga, ese lodo oscuro donde el caballo parecía sucumbir.

   Cuántas historias me contabas a la luz de las fogatas. Ahí se me quedaron todos los recuerdos dormidos, a los pies del cerro, custodiados por el rumor del viento con olor a monte y por el trino de los pájaros bajo el cielo raso.

Por la llanura 
los recuerdos cabalgan 
Luna de invierno.  





7 comentarios:

  1. Preciosos momentos que rescatas en estas letras.
    Un abrazo.

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  2. Respuestas
    1. Muchas gracias Claudia está hecho con el corazón . Un beso .

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  3. Bellísimo!! Me recordó mi niñez, en el campo, y a mi padre!!Gracias amiga querida!!

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    1. Que bonito que te hice recordar , abrazo inmenso para ti Anita 😘

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