Haibun

Sucedio entre Amapolas 

   Hermosos aquellos ayeres cuando en la montaña encontraba esas flores silvestres, rojas y hermosas. El campo vestido de verdes y rojos, nuestros encuentros furtivos donde paso a paso se hilaba la pasión.

¿Recuerdas cuando tendidos en el pasto jugábamos a encontrar dibujos en la nubes?

     Nuestras risas eran llevadas por el viento,  las miradas hablaban más que los labios de aquello que empezaba a nacer. Después nos perdíamos en el remanso azul del cielo y el silencio vestía los labios ante el deseo inminente del beso. Un beso que fue negado en varias ocasiones por el febril miedo de una adolescente;

pero las caricias eran miradas, manos tomadas, sonrisas, juegos, complicidad, secretos, escalofrío ante los roces y promesas vertidas en una eternidad de sueños .

     Apuramos el gozo sin tan solo tocarnos, me sonrojo al recordarte ¡cuando te deseaba!.

     Un día sin más sucedió, el beso de amor robado a unos labios inexpertos y trémulos que supieron ser caricia húmeda de  deseos, labios que guardaron las huellas de su tibio calor, su sabor dulce  impreso en la boca latiendo permanente en el corazón acelerado de amor .

      Las flores palidecieron tanto como mi vestido azul ante el calor de la pasión de dos corazones adolescentes, el mundo se detuvo y floreció el amor casi como un poema tan azul como cielo de esa tarde.

Tembló el silencio. 

Mi boca fue arrebol 

de primavera. 

https://youtu.be/VsSMVjJP-h4