Caminar por la calle empedrada respirando el aire puro y cálido, de lado a lado cafetales sin fin con sus frutos redondos y rojizos, algunas flores blancas.
Canta la cascada entre los ruidos de la montaña , algunos pájaros vuelan y mariposas también, un puente colgante nos invita a avanzar en su vaivén; el crujir de la madera. El abismo nos jala hacia el lecho del río, grandes piedras de cantera negras detienen la urgencia del agua por correr, siento vértigo y alzo la mirada al cielo ¡qué silencio más azul! apenas interrumpido por las algodonosas nubes que viajan al ritmo del viento. Avanzo con algo de miedo y por fin llego del otro lado del puente, hay más espesura, huele a monte; de pronto el aire cambia, la brisa de la cascada me acaricia con su humedad. Todo es música en el caer de las gotas cristalinas puramente filtradas por las milenarias rocas, el sendero se estrecha, hay un remanso azul escondido en la espesura de la selva y montaña , allí, peces de plata nadan.
La poza de agua
teñida azul añil
Verano cálido.

Simplemente Bellisimo como todo los que su pluma y corazón escriben
ResponderBorrarGracias hermosa Dama
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